Quizás pudiese surgir un sistema económico más eficiente si conseguimos salvar de una vez por todas la tradicional dialéctica "capital versus trabajo". Propongo una idea muy sencilla como base del sistema:
Todo empresario debería pensar como un trabajador y trabajar mucho, sin dejar de ser empresario y todo trabajador debería pensar como un empresario y tener mucha iniciativa, sin dejar de ser un trabajador.
Capital y trabajo están condenados a entenderse, pues la producción siempre es una combinación de ambos.
Dejemos a un lado, de una vez por todas, los extremismos capitalistas y marxistas que han mostrado y siguen demostrando sus respectivos fallos.
JuanMa Roldán.
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