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Blog acerca de Economía

domingo, 8 de julio de 2012

LA ENCRUCIJADA DEL ESTADO DEL BIENESTAR

Si nos encontamos en una "encrucijada" económica en Europa, Japón y EE.UU., lo normal sería volver hacia atrás y buscar un nuevo camino para proseguir. Habría que cambiar básicamente dos cosas:

1º) El sistema impositivo: deberíamos eliminar los impuestos directos (sobre la renta), es decir, aquellos que gravan la producción (ya sean sobre el trabajo o sobre el capital), pues si queremos crecer económicamente, no debemos atacar a "las raíces del árbol". Deberíamos, como mucho, podar sus hojas o cortar sus ramas, para que el árbol pueda seguir creciendo sin problemas y más oxigenado. Es decir, como mucho, deberíamos gravar el consumo o lo que es lo mismo, dejar como mucho los impuestos indirectos.

Evidentemente, esto haría necesario el adelgazamiento significativo de la economía pública o estatal. Es viable y el margen para hacerlo es impresionante: existe una gran mayoría de servicios suministrados por el Estado, los cuales puede producir perfectamente el sector privado de la Economía, sin problema alguno de pérdida de derechos o de calidad para la población. Si se siguen suministrando por las administraciones públicas es por intereses creados por parte de los que se enriquecen o consiguen favores, y no por motivos de solidaridad ciudadana que los justifiquen. Ejemplos son las televisiones autonómicas, los cursos de formación, etc.

2º) Deberíamos eliminar la separación entre trabajo y capital, pues ambos recursos son esenciales en la producción, ninguno más importante que el otro (depende de cada sector y tipo de actividad económica). La producción es, al fin y al cabo, lo realmente importante para crecer y continuar avanzando económicamente. Para ello, tendremos que establecer una nueva forma de entender las relaciones de producción, que pasa por eliminar el actual sistema de contratación dependiente del trabajador.

El nuevo sistema vendría a ser una forma en la que todos los trabajadores serían autónomos o empresas unipersonales (unifamiliares también), las cuales trabajarían por cuenta ajena para todas y cada uno de las restantes empresas. Esto eliminaría los tradicionales problemas ocasionados por la dicotomía "capitalismo-comunismo". Además, acabaría con el problema de la concentración de capitales (monopolios, oligopolios, trust, etc).

Ambas medidas nos harían crecer en cualquier país donde fuesen aplicadas. Por supuesto, ya no tendrían sentido los paraísos fiscales, ya que la producción estaría totalmente exenta de impuestos. La población tendría que asumir su propio estado del bienestar, lo que necesariamente precisaría de una verdadera "educación para la ciudadanía", que fomente la autofinanciación de la salud, las pensiones, el ahorro, la inversiónn (y amortización) en futuros bienes duraderos (vivienda, vehículos...), etc, lo que restaría poder a la banca, al financiarse menos las familias y las empresas pequeñas familiares, ya que necesitan menores estructuras fijas.

Si realmente queremos salir de esta encrucijada, debemos detenernos (ya lo estamos haciendo de manera obligada por el paro, la baja produción, etc), dar marcha atrás, y cambiar totalmente los esquemas del camino a seguir.

Debemos emprender otro camino, otro sistema económico.

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